Escrito por Niko, editado por mi:
El teniente
Von Halen que comandaba la patrulla mandó parar para observar la población con sus magnoculares.
El
asentamiento parecía completamente desierto, y se apreciaban daños de lucha.
Cuando se disponía a dar la orden de avanzar, al sargento le llamó la atención una
nube de polvo que se acercaba por el horizonte.
Tras breves
segundos vio cumplidos sus peores temores. Un grupo de vehículos orkos cargados
hasta arriba de pieles verdes se acercaban furibundos, lanzado su típico grito
de guerra.
Rápidamente,
el teniente mando a sus tropas que se parapetasen tras unas ruinas cercanas y
empezaran a disparar a discreción. Si los pielesverdes conseguían acercarse
seria su fin, tenían que eliminarlos desde la distancia.
Mientras
sus tropas intentaban detener los destartalados vehículos orkos, ordenó a su
vocoperador que comunicara al mando del planeta el carácter del enemigo al que
se enfrentaban. Si caían debían asegurarse de que el planeta tuviera alguna
oportunidad de defenderse.
A los
defensores humanos parecía que les sonreía la suerte cuando con sus primeros
disparos consiguieron destruir varios vehículos, pero a pesar de las numerosas
bajas los orkos no cejaban de avanzar en su loca carrera.
Unos orkos
provistos de voluminosas armas empezaron a acribillar la improvisada
fortificación de la patrulla, mientras que sus compañeros se abalanzaban sobre
la primera línea humana. A pesar del sacrificio de los hombres del sargento
Green, enaltecidos a través de la radio por las palabras del padre Agustín,
lucharon como pocas veces se ha visto luchar a un humano contra un orko, fueron
sobrepasados por la marea verde junto con sus vehículos. Sus nombres se
grabarían posteriormente en la catedral imperial, y serian recordados como héroes.
Cuando todo
parecía perdido los lanzallamas de la segunda escuadra consiguieron frenar
definitivamente la embestida. Los orkos, ya desprovistos de sus vehículos y
diezmados en número, se batieron en retirada.
Los
veteranos, que no habían salido mucho mejor parados, decidieron no emprender la
persecución y dar parte de lo ocurrido.
